Puede que la conozcas por “apertura de diafragma”, como “diafragma” o simplemente por “apertura”.
Puede que ya te haya traído dolores de cabeza, o tal vez esté por traértelos (luego lo entenderás).
Lo que sí es seguro es que la apertura de diafragma es uno de los factores más importantes en el triángulo de la exposición. Porque, a diferencia de velocidad de obturación y sensibilidad ISO, ésta es la que influye en más aspectos de tu imagen, no sólo en la cantidad de luz que recibe, sino también en la profundidad de campo y la nitidez de la toma.
Pero no te asustes por lo que he dicho, porque en el fondo, es más sencillo de comprender de lo que parece.
En este artículo vas a conocer su funcionamiento y secretos para perfeccionar la apertura en tus fotos de forma sencilla.
¿Qué es la apertura de diafragma?
El mejor modo de entender la apertura de diafragma es imaginar el iris del ojo. Cuanto más abierto está, más luz entra por él.
Pues bien, puedes pensar en el diafragma como el iris de tu objetivo.
Este diafragma forma parte del objetivo (no de la cámara) y está compuesto por hojas que se abren y cierran en el momento del disparo. El tamaño de la apertura de estas hojas lo indicas a la cámara mediante el número f que te explico en el siguiente punto.
Con la apertura controlas tres aspectos básicos de la fotografía:
- Cantidad de luz que llega al sensor
- Tamaño de la profundidad de campo
- Nitidez de tus imágenes
Cómo se mide la apertura
Aquí es donde viene la parte complicada.
La apertura de diafragma se mide en “pasos f” (f-stops, en inglés). Generalmente se representa como “f/número”, por ejemplo “f/1.8, f/5.6, f/22”…
La escala de pasos completos es la siguiente:
1.0 – 1.4 – 2 – 2.8 – 4 – 5.6 – 8 – 11 – 16 – 22 – 32 – 45 – 64
Muy posiblemente, tu cámara use una escala de un tercio de paso, lo cual significa que hay dos números f entre cada paso completo, algo que permite mayor variedad de parámetros.
La escala de un tercio de paso sigue la siguiente progresión:
1.0 – 1.1 – 1.2 – 1.4 – 1.6 – 1.8 – 2 – 2.2 – 2.5 – 2.8 – 3.2 – 3.5 – 4 – 4.5 – 5 – 5.6 – 6.3 – 7.1 – 8 – 9 – 10 – 11 – 13 – 14 – 16 – 18…
Te preguntarás… ¿Y dónde está la dificultad?
Pues en la forma de trabajar con ella. Algo que causa confusión en los fotógrafos novatos es que, las aperturas grandes, son las que tienen números pequeños y vice versa.
Lo normal es pensar que, cuando aumentamos la apertura, o usamos una apertura grande, también aumente el número, pero no es así.
Por ejemplo, si pasamos de f/5.6 a f/1.8, la lógica te dice que ha disminuido, pero en realidad hemos aumentado la apertura, mientras que, si pasamos de f/8 a f/22, la hemos disminuido.
El truco es pensar al revés para no equivocarse y acabar con la apertura contraria a la que buscabas.
Cómo afecta a la exposición
Teniendo como referencia la escala anterior, es importante saber que, con cada aumento de paso completo, se reduce la apertura un 50%, por lo que permite la entrada de la mitad de luz.
En resumen, cuanto más grande es la apertura (menor número f), más luz tendrá tu foto y, cuanto más pequeña (mayor número f), menos luz llegará al sensor.
Aquí puedes ver una secuencia en la que se reduce la apertura en un paso f en cada toma.
Pero esto no es todo. Como te decía, la obturación no sólo influye en la luz de tu foto, sino también en dos factores más.
Profundidad de campo
Como te explico más detalladamente en este artículo sobre la profundidad de campo, ésta es la zona con enfoque aceptable de tu foto.
Cuanto más grande sea tu apertura, menor será la profundidad, y más zona desenfocada tendrá tu imagen. Mientras que, cuando cierras la apertura, la profundidad de campo aumenta y habrá más distancia enfocada.
Si te fijas en la imagen inferior, con cada paso f que aumenta, el fondo empieza a verse más enfocado. Esto es porque la profundidad de campo es más amplia.
Nitidez de tu foto (Punto dulce)
Este concepto varía según el objetivo que uses pero está directamente relacionado con la apertura de diafragma.
El famoso punto dulce de tu lente es la apertura en la que consigue la mejor nitidez en el punto de enfoque. No siempre está en el mismo número f, pero suele ser dos o tres pasos f completos más pequeños que la apertura máxima.
Esto es, que si tu objetivo abre a f/1.8, su punto dulce estará sobre f/3.5-f/5.
Difracción de la lente
Existe la creencia de que, cuanto más pequeña sea la apertura, más nítida será tu imagen, pero es un error.
En las aperturas pequeñas nos encontramos con el problema de la difracción, un fenómeno de la luz que se da cuando ésta atraviesa agujeros muy pequeños.
Entonces, la luz pasa de dispersarse en línea recta a hacerlo en forma de cono, por lo que deja de concentrarse en un punto fijo y da lugar a fotos menos nítidas.
Por suerte, este caso sólo se da con aperturas a partir de f/16, por lo que no tienes que preocuparte con aperturas más grandes.
Qué apertura usar y cuándo hacerlo
Ahora que ya sabes lo más importante sobre la apertura, es hora de ver cuándo utilizarla.
Ante todo, debes saber que esto es una guía orientativa sobre en qué momentos usar cada apertura. En realidad, depende más de los resultados que quieras conseguir y lo artística que quieras que sea tu foto.
Aperturas más comunes
Éstos son los usos más comunes para cada paso f que puedes encontrar:
- f/1.4: Una de las mejores aperturas que puedes encontrar para disparar con luz baja (con permiso de la f/1.2). Mucho cuidado con su profundidad de campo estrecha, puede arruinar primeros planos y detalles en los objetos.
- f/1.8-2: Prácticamente los mismos usos que la apertura anterior pero a un precio mucho más económico.
- f/2.8: Sigue ofreciendo condiciones geniales en luces bajas pero con una profundidad de campo más amplia. Ideal para retratos y fotos en las que busques un desenfoque artístico. Está presente en muchas de las lentes más famosas, como el 100mm macro, 24-70mm o el 70-200mm.
- f/4: Si tu autofoco es algo impreciso o tú o tu sujeto os movéis después del enfoque, ésta es la apertura mínima que deberías usar para no perder detalle en tus fotos. Con aperturas más grandes, te arriesgas a que el punto que querías enfocar haya salido de la profundidad de campo.
- f/5.6: La apertura ideal para fotos de parejas donde las distancias varían. No recomendable con bajas luces, por lo que empieza a ser necesario el uso de flash (rebotado, de momento).
- f/8: Una obturación perfecta para fotos de grupos, donde te asegurarás de que todos los miembros estén bien enfocados. El uso de flash es necesario o tu foto será demasiado oscura.
- f/11: Si te dedicas a la fotografía de estudio, ésta es tu apertura. Genial para conseguir retratos nítidos con una buena profundidad de campo.
- f/16: Úsalo en condiciones de mucha luz, como en fotos donde el sol interviene directamente o en fotos de estudio donde quieres mucho contraste entre luz y sombra.
- f/22: La apertura favorita de los paisajistas. En este punto, prácticamente toda la imagen estará enfocada dado su gran profundad de campo.
Fotografía de retratos
La fotografía de retratos requiere una apertura lo suficientemente pequeña como para enfocar toda la cara y lo bastante grande como para conseguir un bonito desenfoque de fondo.
Las distancias entre f/2.8 y f/4 son perfectas para este motivo. Si utilizas flash o realizas fotografía de estudio, una apertura de entre f/8 y f/11 te dará todo lo que necesitas.
Fotografía macro
El objetivo de esta fotografía es asegurarse de que el sujeto es lo único enfocado de la foto y sea éste el que atrae toda la atención, por lo que, cuanto más grande sea la apertura, mejor será la foto.
Los objetivos macro disponen de aperturas máximas entre f/2 y f/3.5 para conseguir estos resultados.
Fotografía de paisajes
Todo lo contrario que el punto anterior. En el caso de los paisajes, cuanto más detalle se vea, mejor, por lo que las aperturas a partir de f/16 te asegurarán una buena foto, siendo f/22 la más utilizada.
f/64
Posiblemente, ninguno de tus objetivos llegue a cerrarse tanto, pero la apertura f/64 es famosa por ser la que utilizaban en sus fotos Ansel Adams y los demás creadores del grupo homónimo.
Resumen
Como te decía, esto es sólo una guía. Así que te animo a hacer tus propias fotos y que pruebes todo lo que puedas para aprender y entender el uso de la apertura de diafragma.
Como ves, la apertura es un factor importantísimo en la fotografía y, aunque es complicado de entender, cuando la dominas, te permite conseguir todos los resultados que buscas.
¿Ya practicas una apertura correcta?
Esta entrada tiene 7 comentarios
Tengo tiempo tratando de entender los #f y aunque los he manejado un poco y con muchas dudas, con esta explicación tan orgánica, POR FIN!!!!! le he entendido a la máxima capacidad! Dios lo ha usado como ángel de luz, ya q pedí tanto poder encontrar una buena explicación!
Gracia mil!!!!
¡Muchísimas gracias! En serio. No me enteraba leyéndolo en otros lugares. ¿Podrías hablarlos de la relación entre diafragma, velocidad de obturación e ISO?
Muchas Gracias por compartir tu trabajo.
Excelente explicación !
Explicas muy bien los conceptos en tus artículos , gracias !
Sólo queda felicitarte por lo claro y sencillo que explicas todo. Soy un novato en tu web y los dos artículos que he leído me han aclarado muchísimas dudas. He aquí un futuro fiel seguidor de tus clases. Ahora, como tú indicas, a “achicharrar” mi cámara para aprender poniendo en práctica tus indicaciones.
Gracias.
Espectacular explicación, gracias por tu interés por hacernos entender esta parte tan fundamental de la fotografía.