Siete puntos esenciales para mejorar tu composición fotográfica

Desde el mismo momento en el que coges tu cámara y miras por el visor para captar una escena, aunque no te des cuenta, estas practicando la composición fotográfica.

Muchas veces se cubren los aspectos básicos de ella por intuición o por imitación a otras fotos que hemos visto, pero esto no es suficiente para unos resultados de calidad.

No existen reglas irrompibles en lo que a composición fotográfica se refiere, después de todo, las reglas están para romperlas (salvo para la vieja escuela…) ¿verdad?.

Lo que sí que hay, sin embargo, son puntos y guías que, mediante el perfeccionamiento de su uso, ayudan a mejorar la composición de tus fotos.

En este tutorial, vas a conocer los siete puntos esenciales para que tu composición mejore drásticamente y empieces a conseguir mejores fotos desde ya.

Lo primero es tener claro qué se entiende por composición fotográfica.

“Composición” hace referencia al modo en que los elementos de una escena quedan situados dentro del marco de la foto. Como he dicho antes, no son reglas obligatorias, sino guías y puntos orientativos.

Algunas de estas técnicas llevan usándose desde hace cientos de años y ayudan a conseguir una composición más atractiva y compacta.

Estos puntos son algo que debes seguir de forma automática con cada foto, pero eso llega con la práctica…

La posición de la cámara

El primer punto que vas a poner en práctica cada vez que hagas una fotografía.

Es importante que pienses en la altura, inclinación y ángulo de tu cámara con respecto a tu objetivo. Aunque parezca sin importancia, cambiar la altura y variar la inclinación puede cambiar mucho el resultado de la foto final.

Por ejemplo, en la fotografía de retratos, cambia mucho el pasar de la altura de los ojos a la altura de la barbilla, toda la cara se verá diferente.

Este punto afecta a la creatividad de tu imagen, y se notará en el resultado cuando lo has estudiado con detenimiento.

Horizonte recto

Un horizonte torcido es lo peor que le puede pasar a tu foto… y al cuello del público.

Tenemos en la cabeza grabado que todo horizonte es recto por naturaleza, por lo que, un horizonte torcido en una foto, nos hace sentir incómodos al instante.

Pese a que este problema se puede corregir en postproducción, es interesante sacarlo lo más recto posible, para no perder información de la imagen el enderezarla.

Las mejores formas de conseguir un horizonte recto en tus fotos son; guiarte por las líneas de tu visor, usar un nivel de burbuja o, si tu cámara es de las modernas, activar el indicador de horizonte digital.

Hazlo por el cuello de los demás, te lo agradecerán.

Un sujeto definido…

Una foto no puede ser buena si no se sabe dónde mirar.

A la hora de componer tu fotografía, necesitas decidir cuál es el sujeto principal de ésta y centrarte en él.

Ya sea por medio del uso de la profundidad de campo (por ejemplo, para centrar la atención en una flor de un grupo), con la inclusión de otros elementos para acotar la imagen o con el uso de los colores, debes decir al público de tu foto dónde tiene que mirar.

El sujeto u objetivo de tu foto debe ser definido e interesante, sin que la atención se pierda en ningún momento.

… y bien alineado

Una vez tienes tu sujeto definido, el siguiente punto importante en tu composición fotográfica es alinearlo correctamente.

Para esto, la técnica por antonomasia es “la regla de los tercios”. Es posible que la hayas escuchado mil veces o que la estes usando sin saberlo.

Mediante la regla de los tercios, se divide la foto en tres partes iguales, horizontal y verticalmente, y se coloca tu sujeto en los puntos donde se crucen las líneas, también conocidos como “puntos de interés”.

Mediante los tercios, debes colocar los elementos apoyándote en las líneas. Por ejemplo, tu modelo centrado en cualquiera de las dos verticales o tu paisaje con un tercio de cielo, uno de horizonte y uno de primer plano.

Aparte de los tercios puedes encontrar reglas como la simetría, los triángulos y espiral áureos…

Sea cual sea la que uses, alinear bien tu sujeto equilibra la fotografía y le aporta naturalidad, haciéndola más agradable al ojo.

Aunque, como todas las normas, siempre se puede romper si quieres practicar una composición creativa.

Una imagen limpia

Tener tu sujeto bien definido y alineado no quiere decir que tu imagen esté libre de distracciones, hay que ocuparse de esto.

Cuando estés enfocando a tu sujeto, asegúrate siempre de mirar alrededor de éste para evitar objetos que atraigan la mirada y estropeen la toma.

Por ejemplo, los elementos de colores llamativos, como carteles o ropa de otras personas, tienden a mover la mirada hacia ellos.

Otros problemas comunes son árboles o extremidades de terceros saliendo de tu modelo. Cuántas veces se habrá hecho una foto con un árbol saliendo por detrás de una cabeza a modo de sombrero o un brazo/pierna extra…

Si esto no lo puedes solucionar o no te has dado cuenta en el momento de hacer la foto, asegúrate de que lo corriges durante la edición.

Menos es más

Uno de los errores más comunes durante la composición fotográfica es querer abarcar todo o hacerlas muy complejas.

En este punto, como decía el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe, “menos es más”.

Vamos a ponernos en situación. Imagina que ves un jardín con varias composiciones geniales de flores. Como son todos bonitas, decides captarlas en una foto.

Usas una apertura de diafragma pequeña y captas toda la escena en una sola foto.

Desastre.

No intentes abarcar todo, la sencillez muchas veces hará tu foto mejor, sobre todo si estás empezando.

Busca la mayor nitidez posible

Una vez vistos todos los demás puntos, llegamos al que se aplica a cualquier foto de cualquier estilo… la nitidez.

Y es que, no importa que estés fotografiando un retrato, un paisaje o un producto… necesitas que tu imagen sea lo más nítida posible.

No hay que confundir conceptos, esto no significa que toda la foto tenga que estar enfocada, sino que, la zona que sí lo esté, sea nítida y se vea detallada.

Dependiendo del tipo de foto que estés practicando, dicha zona será más o menos amplia.

Una fotografía de paisaje necesitará una zona nítida completa, mientras que en un retrato será mucho más pequeña, abarcando sólo la cara.

Esto lo conseguirás usando el modo de enfoque adecuado y una velocidad de obturación que evite movimiento.

¿Cómo planificas tu composición fotográfica?

Estos son los puntos más importantes que debes seguir a la hora de componer tus fotografías. Como te decía al principio, si los tienes todos en cuenta, conseguirás que tus fotos den un gran salto de calidad.

Pero hay muchas formas de componer una fotografía. ¿Tú cuáles usas a la hora de realizar tus trabajos? Deja un comentario y explícanos tus trucos.

Si te ha parecido útil este artículo, sólo te pido que lo compartas en tus redes para que los demás lo puedan aprovechar también.

¡Abrazos virtuales!